EDUCACIÓN EN PUNTA DEL ESTE

[Susa Nita]

Donde quedó la educación de los esteños?
Esa es la primera pregunta que me hice, pasadas una horas de mi llegada a Punta del Este. Sin detenerme en detalles, como la incapacidad de pedir disculpas después de empujarte o de chocarte asquerosamente el carro del supermercado, o la facilidad para amontonarse como ganado en la rotisería del supermercado, sin dejar que los clientes que acaban de llegar saquen el número como corresponde, voy a ahondar en algo que caracteriza a los habitantes y/o turistas de la mensionada ciudad: la FALTA DE RESPONSABILIDAD VIAL.
En dos semanas de estadía solo cinco vehículos (de los cuales uno era de la policiía) me dejó cruzar, estando yo, con un cochecito de bebé y obviamente un niño adentro.
Para comenzar una gran parte de la responsabilidad la tienen las autoridades. Como para dar un ejemplo el boulevard General Artigas, por el que pasan autos a gran velocidad NO TIENE SEMÁFORO! A penas dos delgadas líneas bancas se dibujan en la calle, por donde teóricamente deberían cruzar los peatones. El problemita es que NINGÚN AUTO SE DETIENE ante ellas.
Cruzar esa avenida es una odisea. Para empezar un delgado boulevard ( si puede llamarse boulevard) divide una mano de la otra. Una vez que el peatón ha logrado cruzar una de las calles, no solo tiene que enfrentar el desafío de cruzar la otra, sino que de además, debe pasar una prueba más: estar parado sobre el “boulevard”, mientras pasan autos adelante y atrás de él, haciendo equilibrio para no caerse (insisto, la línea es muy delgada).
Esto pasa EN TODAS LAS CALLES DE LA CIUDAD. Son contadas con los dedos de las manos las esquinas que tienen semáforos. Parece una película subrealista. En cada esquina se ve con frecuencia el siguiente cuadro: una fila interminable de autos esperando doblar y o pasar. Los conductores y sus acompañantes (muchos de ellos con los autos parados sobre la senda peatonal, disfrutando de su aire acondicionado) miran con gran sorpresa a los peatones que osan semejante azaña: CRUZAR LA CALLE. Parados varios minutos, algunos de ellos, (como en mi caso) con carritos o niños a upa, desorientados por el calor y el cansancio, miran directo a los ojos de los conductores, suponiendo que van a captar inmediatamente su pedido immplícito en la mirada (DEJAME PASAR, SI?). PUES NO. OLVIDALO. Creo después de varias experiencias, que ni siquiera un cartel con luces de neón sería suficiente para que te dejen pasar. Es más son capaces de gritarte cosas inaudibles por la ventanillas de sus autos si tenés el atrevimiento de pasar por la senda peatonal justo cuando se les ocurrió acelerar.
Lo peor de todo es que NUNCA escuché a nadie que se quejara. Pareciera lo más normal del mundo no tener semáforos, no tener pasos peatonales, no dejar pasar al peatón CON NIÑOS! Por momentos me sentía la única cuerda del lugar, quejándome en voz alta, aún cuando parecía una loca que hablaba sola en un lugar donde se cuidan tanto las apariencias…
He tenido la suerte de visitar muchisimas ciudades (desde Finlandia, hasta Siria) y la verdad es que la manera de conducir y la falta de respeto en todo sentido que he encontrado en Punta del Este no se compara con ninguna otra en la que haya estado.

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